miércoles, 28 de diciembre de 2011

Murió el chimpancé Chita, que protagonizó filmes de Tarzán en la década del ’30.


Chita, el chimpancé que protagonizó películas de “Tarzán” en las décadas del ’30 y ’40, murió a los 80 años de edad, informó el santuario de Florida donde el animal vivió por más de 50 años.




“Es con gran pesar que la comunicad ha perdido a un querido amigo y un miembro de la familia el 24 de diciembre de 2011″, señaló en su sitio web el Santuario Suncoast Primate de Palm Harbor, en Florida.

Chita participó, entre otras, en las películas “Tarzán the Ape Man” (Tarzán de los Monos) en 1932 y “Tarzán and his Mate” (Tarzán y su compañera) en 1934, filmes clásicos que relatan las aventuras de un hombre criado en la selva, protagonizados por Johnny Weissmuller y Maureen O’Sullivan.

El chimpancé, que llegó al santuario en 1960, amaba pintar con sus dedos y mirar football, y se calmaba escuchando música cristiana, dijo al diario Tampa Tribune Debbie Cobb, director del Santuary Suncoast Primate.

“El podía saber cuando yo tenía un día bueno o un día malo. Siempre trataba de hacerme reír si yo estaba teniendo un día malo. Estaba muy a tono con los sentimientos humanos”, comentó Cobb al periódico.

Ron Priest, un voluntario que trabaja en el santuario, dijo al Tribune que Chita se destacaba porque podía pararse con la espalda erguida, como un humano, además de tener otros talentos.

“Cuando a él no le gustaba alguien o algo que pasaba, tomaba algo de sus excrementos y se los arrojaba. Podía lanzarlo hasta a unos 30 pies (unos 9 metros) a través de las barras” de su jaula, recordó Priest.

jueves, 15 de diciembre de 2011

NUNCA MAS.



 Cuando se encuentran en España un hombre y un toro no se puede hablar de deporte ni de combate, ni siquiera de tentativa de combate. Solamente se puede hablar de tragedia.

lunes, 28 de noviembre de 2011

sábado, 26 de noviembre de 2011

CABALLO DE GUERRA (Mario Vargas Llosa). Una obra de teatro recrea la espantosa carnicería de la Primera Guerra Mundial desde la mirada de un caballo. Murieron ocho millones hasta que al final de la contienda los sustituyó el tanque.



¿Es posible representar en un escenario la espantosa carnicería de la Primera Guerra Mundial, con sus 20 millones de muertos, sus soldados asfixiados por los gases de mostaza en trincheras llenas de barro, sapos y ratas, y los pueblos, aldeas y familias destruidos por los obuses, incendios y el odio vesánico de los contendientes?.
La obra está basada en la novela del mismo nombre de Michael Morpurgo, un escritor inglés de origen belga, conocido hasta ahora sobre todo por sus libros de cuentos para niños. Fue adaptada al teatro por Nick Stafford y se estrenó y dio en Londres en el National Theatre con éxito semejante al que luego ha alcanzado en los Estados Unidos. El entusiasmo de los espectadores está más que justificado: War Horse es un espectáculo extraordinario que mantiene en estado de trance a su público las dos horas y media que dura, sumergiéndolo en los horrores de aquella contienda, en la que participaron dos docenas de países y que cambió la faz de Europa. Las escenas se suceden a ritmo de vértigo, cada una más sorprendente y atrevida que la anterior, y es difícil decidir qué es más digno de aplauso en lo que vemos, si la destreza y perfecta interacción de las masas de actores (que parecen multiplicarse como células cancerosas en sus acrobáticas evoluciones) o el llamativo despliegue de la tecnología en los decorados, las luces, el vestuario y la música. La historia circula por ambientes diversos, del frente de batalla y los combatientes a la retaguardia civil, de hogares deshechos, muchedumbres de desplazados, pueblos desiertos, sobrevivientes hambrientos y nubes de huérfanos.
Un gran espectáculo no tiene por qué ser al mismo tiempo una gran obra de teatro Los cuadrúpedos enfrentan su destino con resignación, sin perder nunca la dignidad
Es perfectamente posible, a condición de contar con el talento artístico y la infraestructura dramática indispensables. La prueba de ello es War Horse (Caballo de guerra), el gran éxito de esta temporada teatral en Nueva York, que presenta cada noche ante auditorios compactos y delirantes el Vivian Beaumont del Lincoln Center Theater.
La obra está basada en la novela del mismo nombre de Michael Morpurgo, un escritor inglés de origen belga, conocido hasta ahora sobre todo por sus libros de cuentos para niños. Fue adaptada al teatro por Nick Stafford y se estrenó y dio en Londres en el National Theatre con éxito semejante al que luego ha alcanzado en los Estados Unidos. El entusiasmo de los espectadores está más que justificado: War Horse es un espectáculo extraordinario que mantiene en estado de trance a su público las dos horas y media que dura, sumergiéndolo en los horrores de aquella contienda, en la que participaron dos docenas de países y que cambió la faz de Europa. Las escenas se suceden a ritmo de vértigo, cada una más sorprendente y atrevida que la anterior, y es difícil decidir qué es más digno de aplauso en lo que vemos, si la destreza y perfecta interacción de las masas de actores (que parecen multiplicarse como células cancerosas en sus acrobáticas evoluciones) o el llamativo despliegue de la tecnología en los decorados, las luces, el vestuario y la música. La historia circula por ambientes diversos, del frente de batalla y los combatientes a la retaguardia civil, de hogares deshechos, muchedumbres de desplazados, pueblos desiertos, sobrevivientes hambrientos y nubes de huérfanos.
Un gran espectáculo no tiene por qué ser al mismo tiempo una gran obra de teatro y Caballo de guerra no lo es. Nunca traspasa la superficie de la guerra y sus estragos, no hay en ella personajes individuales que descuellen ni un conflicto en el que se trasluzcan los temas neurálgicos de la condición humana, aquellos sótanos enigmáticos de la existencia cotidiana de hombres y mujeres. Sus actores son grupos gregarios, estereotipos, símbolos, figuras sin alma, comparsas, dotados todos ellos, eso sí, de una notable capacidad mutante, danzarines y acróbatas a la vez que comediantes, que se desdoblan y triplican y encarnan, cada uno, dos, tres, diez papeles diferentes, en ese carrusel desbocado que parece el tiempo en esta historia.
No podría ser de otra manera, pues los personajes centrales de la obra no son seres humanos, sino los caballos, en especial un noble cuadrúpedo llamado Joey por sus amos, cuya peripecia vital seguimos desde que es un joven potrillo arisco y caprichoso, simpático y querible, hasta que, años más tarde, hecho una ruina física pero indoblegable en su voluntad de vivir, retorna a la campiña de suaves colinas de Dover en la que se crió, luego de haber sobrevivido milagrosamente a los atroces cuatro años de guerra que padeció casi siempre en los lugares de mayor peligro.
No conozco la novela de Michael Morpurgo en que está basada la obra, pero no hay duda que es ingeniosa y audaz la perspectiva que eligió su autor para presentar este alucinante documental sobre las atrocidades de la Gran Guerra: la mirada de un caballo. Fue la última conflagración en la que los caballos participaron de manera masiva. Murieron unos ocho millones de ellos, arrastrando cañones y ambulancias, llevando y trayendo tropas, alimentos, heridos y cadáveres, o en cargas disparatadas de los regimientos montados en las que terminaban enredados y desangrándose en las alambradas antes de volar en pedazos por efecto de las explosiones. Del millón de caballos ingleses que fueron al frente sólo regresaron a la isla unos 62.000.
En los últimos meses de la guerra apareció el nuevo animal que reemplazaría al caballo en los futuros conflictos, un cuadrúpedo de acero y orugas en vez de patas, tan feo, macizo y destructivo como su denso nombre: el tanque.
Los caballos que aparecen en el espectáculo son hermosos y enormes, poseídos de una vitalidad conmovedora, más tiernos y sensibles que esos pobres soldaditos que se entrematan a su alrededor en la vorágine incompresible y feroz a la que han sido acarreados. Los cuadrúpedos enfrentan su destino con resignación y cumplen sus deberes hasta el último aliento, sin perder nunca la dignidad. Son de madera y han sido construidos por una compañía sudafricana, la Handspring Puppet Company, fundada por Adrian Kohler y Basil Jones, los artífices de esas escenas milagrosas en que los caballos galopan, saltan, hacen extraños, se desploman o vuelan al compás de las peripecias de la historia. Uno tiene la impresión de que, en algún momento, esas estructuras de madera se transustancian en caballos de verdad, y que los tres o cuatro marionetistas que los manipulan desaparecen, absorbidos por la magia del teatro, y por eso se llenan de lágrimas los ojos de los espectadores cuando los infelices y heroicos animales se desmoronan, alcanzados por los proyectiles, o son sacrificados para salvar de la inanición a los soldados.
Cuando uno ve una obra como ésta, que lo maravilla por su riqueza plástica, por la excelencia de su factura, por sus audacias, sorpresas y la genialidad de su hechura, tal vez sea una mezquina injusticia preguntarse si el teatro del futuro inmediato se irá acercando cada vez más a la feérica naturaleza de War Horse y pareciéndose cada vez menos al teatro tradicional, aquel en el que eran las palabras, las acciones y los sentimientos la razón de ser del espectáculo, lo que lo justificaba o hundía. Porque en esa maravilla que es Caballo de guerra el espectáculo es tan prodigioso y autosuficiente que la anécdota, los parlamentos, las pasiones y emociones se han convertido en un mero pretexto para la representación, de modo que no es abusivo decir de ella que, siendo todo lo magnífica que es, está más cerca del Cirque du Soleil que, digamos, de la mejor producción concebible de una pieza de Shakespeare, Ibsen o Valle-Inclán.
La pasé fantásticamente bien viendo War Horse, pero, al salir a enfrentarme al viento neoyorquino, me asaltó de pronto la sospecha angustiosa de que, dadas las tendencias de la cultura en nuestros días, el teatro podría convertirse tarde o temprano en eso, sólo en eso.

 
MARIO VARGAS LLOSA 20/11/2011

miércoles, 9 de noviembre de 2011

ACABO DE VER A UN BEATLE. (Crónica rapidita y al pie). "It´s only ´I wanna be your man´ but I like it"

Mi deseo era ver a Ringo. Ver a Ringo como a cualquier otro Beatle. Si el tipo aparecía, decía "hola" y se iba, para mí estaba bien. Si tocaba una zamba, recitaba a Vargas Llosa, o contaba como River se fue al descenso, me daba lo mismo. Me pasó con los Stones y también con McCartney. En ese sentido, yo salí hecho. Fuí por la leyenda, por los recuerdos de la infancia, y nada hay en el mundo que se compare con un Beatle. Fui en búsqueda del mito beatle y ahí estaba. Dicho esto, debo reconocer que el show cumplió y nada mas. Tiene 71 años, no le vamos a pedir los 60´s, claro. Pero se lo bancó bien. Es un Beatle, y un Beatle no se discute, se disfruta y ya. Alguien podría decir que no es Paul (o mas prescisamente que "no fue como el show de Paul"). Y ese alguien tendría razón. En mi caso, sabía que Ringo plantaba su show desde otro lado. Tuve la impresión de de estar en una fiesta, en la fiesta de graduación de los estudiantes del colegio de artes en Liverpool!!, yeahhh!!. Noche de baile y a recordar hits. Me hubiera gustado que tocara mas temas de los Beatles. Seguro, que tantas canciones de los otros músicos de la banda,  conspiraron con el power del show. Tres temas menos de sus acompañantes, reemplazados por otros tantos de los Beatles, hubieran hecho la diferencia. Sobretodo los impostados sets de Gary Wright, "tiraron para abajo", promediando el show. Cuando la gente ya se impacientaba, Ringo volvió a levantar con el final de "With a little help for my friends" y "Give peace a chance". En fin, mis primeras impresiones del show a minutos del cierre. Anochecer de u día agitado, ACABO DE VER A UN BEATLE, Yeahhhh!!! y finalmente eso eso es lo que importa.

(Palo Carugati para Ines Chantall)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Pavo real volando evoca a la mítica ave fénix


Esta extraordinaria imagen de un pavo real volando —abriendo las alas en una celeste crucifixión— ha circulado en Internet recordando a algunos la poética leyenda del ave fénix. La imagen fue tomada por un aficionado indio a la naturaleza, Kulashekara, y destaca por capturar en todo su esplendor el vuelo de un ave que comúnmente se observa anclada a la tierra, pero que durante el vuelo reluce con los colores del sol naciente en sus alas y las joyas relumbrantes de su cola.


El pavo real es históricamente el ave que más semejanzas tiene con el fénix; al igual que el fénix, para el cristianismo el pavo real simbolizó la resurección y la inmortalidad (y por lo tanto a Cristo). Los egipcios, probablemente por su similitud descriptiva con el fénix, consideraban al pavo real un ave sagrada. Por su belleza, es comprensible que el pavo real fuera el ave favorita de la suprema diosa griega Juno.
En China se dice que la cabeza del Ave Fénix guarda semejanza con el cielo, los ojos al sol, la parte trasera a la luna, sus alas al viento, las patas a la tierra y su cola a la distancia.

Jorge Luis Borges, en su Libro de los Seres Imaginarios, dice del fénix:
«Los antiguos creyeron que, cumplido ese enorme ciclo astronómico, la historia universal se repetiría en todos sus detalles, por repetirse los influjos de los planetas; el Fénix vendría a ser un espejo o una imagen del universo. Para mayor analogía, los estoicos enseñaron que el universo muere en el fuego y renace del fuego y que el proceso no tendrá fin y no tuvo principio».

miércoles, 12 de octubre de 2011

Levantado de Facebook.


Dos amigas mueren y se encuentran en el cielo. Y una le pregunta a otra: -Como moriste tu? -Congelada. -Y duele? -Y, al principio te dan unos escalofríos horribles, después te da un dolor en los dedos y los huesos, te empiezas a congelar. Me dormí y morí. -Uuyy, que horrible! -Y vos como moriste? -Bueno a mi me dio un infarto -Y como fue eso? -Bueno, te cuento. Creía que mi esposo me estaba engañando, así que regresé temprano a la casa y lo encontré muy tranquilo viendo tele. Salí corriendo al garage y no encontré nada. Luego fui al patio y nada. Subí corriendo a la segunda planta y nada. Cuando venia bajando las escaleras me dio un infarto de la alegría que no me era infiel y morí. -NOOO JJAJAJA! Hubieses buscado en la heladera y las dos estaríamos vivas!!!

lunes, 19 de septiembre de 2011

Abrazo de oso.


Sin duda, el amor filial no es monopolio del ser humano. Si no, imposible comprender el episodio de inteligencia y cariño osuno, registrado en una finca de una remota zona del noroeste de China, en la que se mantenía en cautiverio a unos osos para filtrar a diario sus vesículas. ¿Para qué? Para extraer bilis, sustancia cotizada, ampliamente utilizada por la medicina tradicional del país oriental. Aunque todos y cada uno de los ejemplares estaban encerrados en pequeñas jaulas (conocidas como “crush cages”), una osa madre que escuchó cómo su cachorro lloraba en plena sesión de extracción, efectuó unas maniobras y logró escaparse. Fue en busca de su hijo y, cuando lo halló, intentó liberarlo, para ayudarlo a escapar de las torturas rutinarias, pero la jaula estaba tan bien asegurada que fue imposible. Para evitarle una vida tan indigna tomó una decisión: pasar una pata y abrazar a su cría, hasta asfixiarla. La mató para que no sufriera y, después, se lanzó contra una pared con tal fuerza que logró suicidarse. En vistas del procedimiento, la reacción no pareciera ser desmedida...
No sólo los osos sufren una perforación en el abdomen, a la altura de la vesícula, por donde se les succiona bilis varios días a la semana: el agujero se mantiene abierto, lo que genera infecciones adicionales, tumores, cánceres, peritonitis. Además, se los obliga a usar un chaleco de metal para evitar que se maten cuando se golpean el estómago intentando suspender el dolor. El horror tiene su pata habilitadora en la medicina... Es que, en China, la bilis se usa para tratar fiebres altas, enfermedades del hígado y dolor de ojos. Sin embargo, muchos médicos denuncian estas prácticas inhumanas y advierten que en lugar de la bilis osuna se pueden usar hierbas más baratas para apaciguar estos males, o productos sintéticos que no involucran tortura animal.

domingo, 28 de agosto de 2011

Existe en "La ultima cena", de Da Vinci, una composición musical.


El músico italiano Giovanni Maria Pala, estudioso del famoso cuadro "La última cena", de Leonardo Da Vinci, está convencido de que dicha pieza esconde una partitura, esconde una partitura, un réquiem que bien podría ser un himno a Dios.

Considera el investigador que a través de las hogazas de pan que se encuentran en la mesa y las manos de los comensales (Jesús y los 12 apóstoles), publicó Yahoo en su Cuaderno de Historias, un artículo de Alfred López.
Pala lo demostró trazando las cinco líneas de un pentagrama, cruzando el cuadro y marcando cada elemento (panes y manos) como una nota musical, lo cual conforma una partitura con una pieza de 40 segundos.
En el primer intento no lo logró, pero decidió estudiar más profundamente el cuadro y consideró las manos de los apóstoles como notas, además de los trozos de pan e interpretó el pentagrama de derecha a izquierda, siendo coherentes con la forma que tenía Leonardo da Vinci de escribir.
El hecho de que los apóstoles representados en el cuadro se agrupen de tres en tres, le hizo pensar en la posibilidad de que el ritmo fuera 3/4, como mucha de la música del siglo XV.
La genialidad del gran artista italiano ha llevado a creer que todas sus obras ocultan un código o mensaje, por lo que absolutamente todo lo que aparece en el cuadro, es analizado microscópicamente por muchos especialistas y cada "experto" le da una lectura y un significado diferente.
El lienzo presentado hacen que desde cualquier rama científica, religiosa o paranormal, se le den continuamente diferentes lecturas.
En el campo de la literatura también se han creado nuevas hipótesis sobre el contenido de la pintura; la mayoría se sitúan en la línea que separa lo real con la ficción y provoca que muchas personas tomen como ciertas, teorías que sólo son leyendas.

jueves, 11 de agosto de 2011

Canguros trazan crop circles en Australia tras consumir opio.


Confirman que figuras geométricas trazadas en cultivos de Australia no fueron obra de extraterrestres sino de canguros viajando en opio.
Al parecer la relación entre la estética y los opiáceos también se aplica a los canguros. Recientemente se hallaron en Australia diversas muestras de crop circles (trazos o círculos en los cultivos) y muchos se apresuraron a adjudicar la autoría de estos dibujos a inteligencias extraterrestres. Sin embargo, aparentemente las obras no fueron realizadas por seres de otro planeta, sino por canguros que, después de consumir opio, dieron rienda suelta a sus nociones artísticas.
En Australia se cultiva el 50% de la producción legal de opio que se utiliza en miles de medicamentos alrededor del mundo. Y al parecer estos marsupiales se sienten atraídos por los poéticos campos de amapola y, tras devorar sustanciosas raciones, se entregan a efusivos recorridos en patrones circulares que terminan por trazar extraños diseños en los campos.
Pero este no es el único caso de animales salvajes a los que su instinto impulsa a consumir sustancias psicoactivas para, posiblemente, expandir su conciencia animal. Entre otros ejemplos podemos incluir a elefantes y gorilas asiduos al consumo de moras fermentadas o cerdos salvajes y puerco espines que gustan de degustar una raíz africana llamada Iboga, considerada como uno de los más potentes psicodélicos naturales. Para más información sobre prácticas psicotrópicas entre animales salvajes te recomendamos leer la nota “Instinto psicoactivo: animales salvajes que consumen drogas“.


miércoles, 3 de agosto de 2011

"Argentina sufrirá la tormenta en pequeña, la que luego azotará al mundo"



La crisis mundial que arranco en EUA, y continuó en Europa, esta lejos de terminar, en realidad recién comienza, España, Grecia, Portugal, Italia, Gran Bretaña.... tal como lo profetizó BSP. la crisis de Argentina sería replicada pero en grande en el mundo, las recetas de los organismos internacionales son las mismas, por lo que el final seguramente será el mismo.

(Profecía del año 1938)

jueves, 21 de julio de 2011

Muere Lucian Freud.

El pintor falleció a los 88 años en su casa londinense tras una enfermedad.


Autorretrato de Freud.El pintor británico Lucian Freud, conocido por sus retratos y desnudos hiperrealistas, murió el miércoles en Londres, a los 88 años, según informó este jueves su marchante neoyorquino, William Acquavella.

Acquavella explicó que el artista falleció en su casa londinense tras una enfermedad, sin precisar más detalles.



domingo, 17 de julio de 2011


Había un país muy verde donde todos eran verdes y las cosas eran verdes bajo un cielo muy verde donde seres verdes caminaban por calles verdes vestidos de verde y cuando se avergonzaban se ponían verdes. Donde una mañana muy verde, por una ruta verde, el señor Green Verdes se detuvo en una curva verde de la verde ruta cuando vio que un auto rojo se acercaba. Cuando el auto rojo se detuvo frente al señor Verdes y su auto verde en medio de la ruta verde, el señor verde bajó del auto, miró al hombre rojo que viajaba en él y le preguntó con asombro: Disculpe, ¿usted es de otro cuento?

miércoles, 15 de junio de 2011

Quiso probar que Dios existía y se lo comió un león.

El hecho se produjo en un zoo de la capital ucraniana, donde un hombre se introdujo en la jaula y al grito de “Dios me salvará” fue devorado por un león.

Un hombre se introdujo en una jaula al grito de “Dios me salvará” y fue devorado por un león en el zoo de Kiev.
Una tarde de domingo que pudo ser un paseo “normal” por un zoo para ver todo los animales terminó siendo una pesadilla para todos los visitantes del lugar.
El hecho se produjo en la capital ucraniana, donde el hombre se quitó los zapatos ingresó a la jaula y fue atacado por los leones.
En ese momento, uno de los leones fue directo hacía el hombre, lo derrumbó y le cortó la arteria carótida.

lunes, 6 de junio de 2011

MARCELA IACUB. COSTUMBRES DE LA CARNE. (Entre tanto pensamiento standar, vendido como la alteridad o "lo otro", esto es de lo mas fuerte y revolucionario que he leído ultimamente).


Costumbres de la carne

En “Confesiones de una devoradora de carne”, novedad en Francia, la jurista argentina aboga por los derechos de los animales y afila el debate sobre la ética del vegetarianismo.

MARCELA IACUB. "Comer es también un acto político", dice.


¿Qué transforma la vida? ¿Qué hace que, de pronto, una carnívora implacable, sucumba a la alimentación verde? De esto trata el libro Confessions d’une mangeuse de viande (Confesiones de una devoradora de carne) de la jurista franco argentina Marcela Iacub. Recibida de abogada en Buenos Aires, partió luego a París donde vive desde hace más de veinte años. Provocadora y libertaria, supo edificar con cuidado la figura de sus obsesiones y se ha convertido en una reconocida intelectual en Francia. Estudiosa del Derecho, especialista de la historia de las costumbres sociales, reflexiona sobre la prostitución – pide su legalización –; la violación – propone extraer el término sexual del sistema jurídico –; las leyes bioéticas – está a favor de las madres portadoras –; o sobre la libertad sexual – “me gustaría hacer del sexo una libertad como la libertad de comercio”, clama. Cada uno de estos temas los analiza a través de los dos pilares que sostienen su universo ético: el libre albedrío y el consentimiento. Un laisser faire que reivindica como condición esencial de la libertad individual. Pero a diferencia de muchas de sus obras anteriores, eruditas y complejas, su último libro es un panfleto, un grito, una toma de conciencia culpable sobre el desvergonzado consumo de carne al que se abocó con fervor toda su vida. De manera súbita, un pedazo de carne se volvió una secuencia de las imágenes revulsivas que lo habían hecho posible. Un banquete producto del crimen de un animal que consiente matar a otros de distinta especie sólo para comerlos. Desde París, donde vive con su perra, responde.


-Usted explica en su libro que un “evento trágico” la modificó por completo. Sabemos luego que fue la lectura de “Comer carne”, de Plutarco. ¿Qué es para usted un “evento trágico” y cuál, la particularidad de esa obra de Plutarco?

-La noción de “evento trágico” que utilizo es muy clásica. El evento trágico es el que nos muestra que hemos cometido un acto terrible, un acto que no estábamos en medida de asumir sin saber que lo habíamos cometido, como Edipo. Es la información que nos permite saber lo que hicimos y sentirnos responsables, sujetos de tales actos. Plutarco me arrancó de mi ceguera. Me mostró que la noción de carne es una impostura, que “carne” es el nombre que le damos a nuestra voluntad de no ver que matamos animales para comerlos sin que tengamos ninguna necesidad de hacerlo, y señala nuestra responsabilidad en este acto. Porque para poder comer “carne” necesitamos disociar el proceso que permite hacerlo. Tenemos que olvidar que tuvimos que matar a un ser que quería vivir. Plutarco utiliza una metáfora que viene de Homero y dice que la vaca muge “todavía” cuando vemos el asado en nuestra mesa.

¿Coincidiría con Paola Cavalieri en extender los Derechos Humanos a los chimpancés?

-Mi punto de vista es diferente. El proyecto de dar derechos humanos al chimpancé porque es más inteligente que los otros animales, no me parece la manera más interesante de abordar el problema. Yo creo que hay que darles derechos humanos a los animales que viven con nosotros porque podemos establecer con ellos relaciones significantes recíprocas. Lo que me parece formidable en el hecho de vivir con los animales es que tienen otros dones, otros medios de comprender y de conocer el mundo. Los filósofos utilitaristas, de la misma manera que la legislación que protege a los animales, tienen en cuenta el interés del animal a no sufrir pero no a seguir viviendo. Es como si un animal estuviera muy contento de que lo maten sin dolor. Lo paradójico es que para un ser sensible lo más importante, lo más precioso, es el hecho de poder seguir vivo y no el morir sin dolor. Por otra parte, yo propongo que se le den derechos humanos a los animales domésticos o que, sin serlo, viven con nosotros en cautiverio, como dice la legislación francesa. Con estos animales compartimos una cultura, ellos pertenecen a la humanidad pero se los trata como esclavos, como puros instrumentos.

-¿Cuál sería el derecho de aquellos que – como los animales – no pueden comprometerse con ningún deber?

-Para ser sujeto de derecho no es necesario poder directamente ser sujeto de deber. Hay personas jurídicas, como las sociedades que no pueden actuar directamente si no están representadas por seres humanos. Hay incapaces, como los enfermos mentales que no pueden ser directamente sujetos de un deber y estan representados por otras personas. Los animales, como sujetos de derecho, necesitarán mediadores para las cuestiones jurídicas, representantes, pero eso no es un problema en sí.

-Su madre y su abuela le transmitieron una filosofía humanista a la que acusa de negar las diferencias entre los hombres para que una clase biempensante saque provecho de los privilegios de su inteligencia, estatus social y económico haciéndolos pasar por “méritos” cuando serían sólo dones tan arbitrarios como la belleza y la salud ¿En qué perjudicaría este “proyecto político humanista” a los animales?

-Este humanismo no es más que un conjunto de discursos y metáforas. Allí donde muestra su verdadera doctrina, allí donde procede al trazado de fronteras, es en la aprehensión diferenciada del valor de la vida humana y de la vida animal. Es en las reglas de la matanza de los animales que se percibe claramente esta oposición. El humanismo es una forma de racismo. El razonamiento humanista hace que si debemos elegir entre salvar a la perra Lassie o a Hitler salvemos a Hitler porque es un ser humano.

-¿Esta última frase es una provocación o lo piensa realmente? ¿Puede dar un ejemplo real de esta hipótesis?

-Un ser humano que mata a diez a mil personas tiene derecho a un abogado, a unos jueces, a cuidados médicos. Los perros, que son los más privilegiados de los animales, que no comemos, si muerden a alguien se los mata sin tratar de saber lo que sucedió.

-En su libro presenta un caso real de un hombre condenado por haber sodomizado a su pony. Y señala el absurdo de que esté prohibido gozar sexualmente de un animal, al que sin embargo podemos comer. ¿Es lo mismo franquear la barrera que prohíbe tomar a un animal como objeto sexual y comer un asado?

- Póngase en el lugar de un pony o de una vaca. Si le dan a elegir entre un acto que no implica para usted ningún dolor y la muerte ¿qué elegiría usted? En cambio, la justicia francesa condenó a un hombre por torturas infligidas a un animal doméstico por haber sodomizado a su pony que se llamaba Junior. Pero si este mismo hombre hubiera matado a Junior para transformarlo en bifes de caballo nadie lo habría condenado por maltrato. Esta paradoja del derecho que protege al animal, me pareció aberrante y me mostró que no es el interés del animal el que está en juego. Que, en el fondo, se trata de controlar los vicios de los seres humanos y no el bienestar del animal.

-¿No es el hecho de comer carne lo que nos recuerda que somos efectivamente animales?

- Los seres humanos no son animales como los otros. Hago alusión a los animales salvajes. Si fuéramos así, no veo por qué prohibiríamos el asesinato, la violación, etcétera. Los seres humanos creamos la humanidad que a su vez nos crea todos los días. La humanidad es un proyecto de control de lo que existe, es una estructura jurídica, científica, técnica, cultural, que no se reduce a la suma de seres humanos inteligentes que existen sobre la tierra. Incluye a muchas personas que no son capaces de comprender el mundo como la gente “normal”. Es por ello que yo postulo que la humanidad debe extender sus fronteras y atribuírle derechos humanos a los animales domésticos.

-¿Cree que la muerte de los animales en los mataderos es equiparable a un genocidio?

-Sí, es un genocidio. De hecho muchos autores judíos, descendientes de víctimas de los nazis, hacen siempre esta comparación. El escritor Bashevis Singer dijo que “para los animales, todos los humanos son nazis”. Y Theodoro Adorno, un filósofo judío alemán, exiliado por los nazis, afirmó que “Auschwitz comienza siempre que alguien mira un matadero y piensa: son sólo animales”

-¿Podría explicar por qué “las relaciones entre el canibalismo y el asesinato volvían poco convincentes las opiniones de los vegetarianos”, como escribe?

-Algunos vegetarianos tienen problemas con el simple hecho de comer cadáveres. Yo no estoy de acuerdo con esto. Si uno comiera carne extraída de animales muertos de muerte natural, yo la comería. Porque el problema es matar para comer y no el hecho de comer cadáveres. Es por esto que en el libro comparo de una manera humorística el asco de comer cadáveres con el canibalismo a partir de un especie de chiste de Voltaire. Voltaire escribió con humor en su Diccionario filosófico que el tabú del canibalismo significa la preferencia de dar nuestros cadáveres a comer a los gusanos en lugar de dárselos a comer a los seres humanos.

-Uno imagina que para un argentino volverse vegetariano es un sacrificio. ¿Cómo se modificó su vida social?

-Es cierto que ser vegetariano para un argentino es como una traición a la patria. Pero yo no vivo en Argentina desde hace 20 años. La gente se mostró gentil conmigo cuando decidí volverme vegetariana. Pero son así porque saben que la carne que ellos comen no está en peligro por mi decisión. Pero creo que cuando los vegetarianos sean más numerosos y que la cuestion de prohibir la “carne” sea una propuesta política posible, esta misma gente será mucho menos comprensiva. Los carnívoros son capaces de todo para que no les arranquen las salchichas y los asados del plato. Quiero decir, capaces de inventar toda clase de cosas para tener la conciencia tranquila.

-¿Qué es comer para usted?

- Comer es también un acto político. Comer animales es una manera de marcar las fronteras de la humanidad, de afirmar nuestra superioridad y nuestra diferencia fundamental respecto de los seres que comemos. Hay quienes dicen que la preocupación ecológica en el comer es también política. Me parece que es darle un sentido muy fragil al carácter político del comer. Quien se preocupa por el comer desde el punto de vista ecológico lo hace como consumidor de cualquier otro producto (nafta, electricidad, etc). En cambio, la preocupación vegetariana por el animal, por el hecho de que se trata de un ser sensible que desea vivir, es política en un sentido específico y fuerte del término. En mi caso, nace de la voluntad de transformar la sociedad gracias a la integración del animal en su seno. Hacer que el animal doméstico pertenezca a la humanidad va a cambiar nuestras relaciones, nuestra manera de ver el mundo y hasta de pensar. Yo creo que, entre otras cosas, en las sociedades de abundancia, el animal puede enseñarnos a ser felices por el solo hecho de estar vivos.

lunes, 30 de mayo de 2011

Con nombre y apellido.



Madrugadas atrás, en la pista de vuelos privados del Aeroparque Jorge Newbery, un grupo de CEO y empresarios subió a un Jetstream 32 turbohélice bimotor rumbo a los viñedos mendocinos. Ahí estaban, entre otros, Cristiano Rattazzi, Mariano Rodríguez Giesso, Martín Cabrales y Julio de Marco. Todos invitados por Moët Hennessy Argentina para probar, antes que la mayoría, la cosecha 2007 de Cheval des Andes, vino mitad francés y mitad local que esta vez incluye Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Petit Verdot y Cabernet Franc.
El viaje, un lujo: a bordo, catering firmado por Francis Mallmann, que, ya en el Valle de Uco, los recibió de punta en blanco con una gran comilona a los siete fuegos: desde curanto de papas, endibias, repollitos de Bruselas e hinojos cocinados con piedras calientes bajo tierra, como para empezar, hasta membrillo cocido a la plancha con queso mascarpone, de postre.
Bajo el sol otoñal y con los Andes de fondo, los 16 comensales se dedicaron a extender la sobremesa, comentar la decoración (un bebedero fue transformado en frapera, y un viejo olivo seco, decorado con faroles...), taquear en la cancha de polo, caminar entre los viñedos y, a última hora, degustar puros y unas copas de coñac. Buen plan.

jueves, 21 de abril de 2011

SALVAR LA FIDELIDAD.


Salvar La Fidelidad


Por Mempo Giardinelli


No sé qué opinará el ambientalismo argentino en general, sean fundamentalistas o moderados, e ignoro las gestiones que se hayan hecho oficialmente, pero hay que salvar La Fidelidad. Es básico y fundamental hacerlo.
La Fidelidad es un inmenso territorio en las provincias de Chaco y Formosa: una estancia enorme, de alrededor de 250 mil hectáreas, que fue propiedad de un hombre brutalmente asesinado hace pocos meses y que no dejó descendencia legal, ya que no tuvo hijos reconocidos.
Es un sitio estratégico de la biodiversidad del Gran Chaco y por ende de la Argentina. Más aún: es la última reserva de biodiversidad del Gran Chaco, que es, cabe aclararlo, el segundo mayor ecosistema de América después del Amazonas. Y el más grande bosque nativo de la Argentina. Nada menos.
Después del asesinato del desdichado propietario, La Fidelidad se convirtió de hecho en un botín extremadamente apetecible, y es muy probable que múltiples reclamos enturbien rápidamente toda posibilidad de esclarecimiento. Y cualquiera sea el caso, nada garantiza que semejante territorio no acabe devastado, como ya sucedió con el resto de El Impenetrable, tesoro ambiental que hoy va camino de ser sólo un recuerdo.
El apetito por estas tierras es más que obvio: se sabe que ya han desaparecido títulos y certificados. Y empiezan a hacer cola los reclamantes. Y también hay denuncias de que La Fidelidad está siendo destruida –o sea, parcelada– en el mismo instante en que yo escribo esto y usted lo lee.
Hay en la web “ofertas” inauditas. Por ejemplo, se ofrece una “fracción de 30 mil hectáreas” con precio en dólares a consultar. Cualquiera que ponga “La Fidelidad Chaco” en Google se sorprenderá de lo que va a leer.
Por eso es urgente que alguien tome la decisión política de hacer de La Fidelidad el gran parque nacional que el Chaco y Formosa no tienen. El país no lo tiene.
“La Fidelidad es el único pulmón real que queda de todo El Impenetrable chaqueño como sistema de biodiversidad todavía bastante intacto”, aseguró hace muy poco Rolando Núñez, coordinador del chaqueño Centro de Estudios Nelson Mandela. Y algunas organizaciones ambientalistas, como la ONG Banco de Bosques, proponen que las casi 150 mil hectáreas que corresponden al Chaco sean declaradas de inmediato como “reserva de biosfera”.
Y es que luego de décadas de saqueo forestal y expansión de monocultivos industriales, en particular la soja, y ahora también con la ganadería extensiva –producto del mismo avance sojero que expulsa al ganado de la pampa húmeda–, a este paso El Impenetrable acabará convertido en un páramo. Lo cual acarreará múltiples problemas adicionales, porque el del Chaco es un bosque con gente.
Esta es la característica diferencial de El Impenetrable frente a muchos otros bosques: que mucha gente vive allí. Decenas de miles de personas. Seres humanos de carne y hueso. Criollos y pueblos originarios están ahí desde hace varias generaciones. Y su desarrollo socioeconómico y cultural está siendo cada vez más degradado, y muy velozmente.
La creación del Parque Nacional La Fidelidad permitiría incluso –con una política ambiental cuidadosa y rigurosa– la restauración de otros ecosistemas degradados en esa misma región que es el verdadero corazón geográfico de toda la América del Sur. Porque el Gran Chaco abarca no sólo el nordeste argentino, sino también gran parte de Paraguay, Bolivia y el sur amazónico de Brasil.
Lo importante y lo urgente en este caso van de la mano: se trata de que los gobiernos del Chaco y de Formosa, y el de la Nación misma, impidan real y verdaderamente el saqueo por parte de las mafias agrícolas y madereras, antes de que los procesos legales empiojen las previsibles disputas por la propiedad de La Fidelidad. Son abogados y jueces argentinos los que tendrán en sus manos esa tarea; y no sé a ustedes, pero aunque hay entre ellos honrosísimas excepciones, a mí la conciencia ecológica de esas corporaciones no me inspira confianza alguna.
Estamos, pues, ante la última oportunidad de salvar La Fidelidad y hacer de ella la gran reserva natural protegida del Chaco. Los poderes políticos de ambas provincias, como el gobierno nacional, deberían tomar esa decisión política ejemplar que la ciudadanía sin dudas acompañará. Incluso la oposición, mayoritariamente radical en el Chaco y en Formosa, tiene ahora la formidable oportunidad de apoyar esta medida. El silencio no será saludable en esta cuestión y, si acaso fueran a oponerse, sería bueno que lo digan y expliquen por qué en voz alta.
La Fidelidad debe ser convertida ahora mismo en parque nacional; y debe serlo activa y seriamente, no una mera reserva de papel. Si los poderes políticos advierten la importancia de ello, tendremos nuevos Peritos Morenos del Nordeste y de lo que queda de los otrora maravillosos bosques argentinos. Ojalá, porque estamos a tiempo. Pero no hay mucho tiempo.

sábado, 2 de abril de 2011

Seinfeld y el misterio de la yerba.


Estuvo ahí, a la vista de todos durante tantos años, hasta que empezó a dar vueltas por Taringa, por Youtube, y por todas partes: En un episodio de Seinfeld hay un paquete de una concida marca argentina. Sucede en el primer episodio de la novena temporada, en el minuto 19, durante una escena que transcurre en la cocina de un restaurante. Ahí se puede ver, arriba a la izquierda, en un estante, el dichoso paquete. ¿Cómo habrá llegado ahí?. Es un misterio, aunque la explicación mas probable es que haya sido, simplemente una casualidad. Al fin y al cabo, para los norteamericanos, eso y un paquete de fideos chinos es igual de exótico.


martes, 22 de febrero de 2011

Celular-Es.



"Y si hace unos pocos años –hubo un tiempo en que la sci-fi fantaseaba más con la telepatía que con la telefonía– alguien me hubiera dicho que lo que más desearían niños y jóvenes y adultos sería un teléfono yo habría lanzado una carcajada. Hoy, apenas, emito una risita nerviosa cada vez que entro a un metro o a un autobús y veo a toda esa gente enchufada, electrocutada, mirando y tecleando como si en ello les fuera la vida. O en los aviones, al escuchar ese gemido triste cuando se ordena apagar móviles para el despegue. O ese suspiro feliz cuando, aterrizados, se lo puede volver a encender luego de haberlo sostenido, en trance, en un puño agarrotado a lo largo del viaje."

viernes, 11 de febrero de 2011

JUAN FORN. Insisto: Este tipo está escribiendo bien.


"El invierno de 1963 fue el peor del siglo en Inglaterra. El país estaba paralizado, el agua se congelaba en las cañerías, había cortes de energía y escasez de carbón. La desolación de ese invierno dejó muchas imágenes pero ninguna ha logrado resumirla más cabalmente que la madrugada del 11 de febrero, cuando Sylvia Plath entró en el cuarto de sus hijos, les dejó dos jarros de leche y dos panes con manteca, se encerró luego en la cocina, selló puerta y ventana con toallas mojadas, abrió la llave de gas y puso la cabeza dentro del horno." (Juan Forn, proncipio del txto "Me faltó decirte" sobre Sylvia Plath)

CLICK AQUÍ PARA LA NOTA COMPLETA.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Por el cambio climático, una osa nadó 687 km buscando comida.


28/01/11 Llevaba un collar GPS. Se lo colocaron para estudiar los efectos del clima en estos animales.


CONDENADO. EL OSO POLAR ES EL ANIMAL MAS AMENAZADO POR EL CALENTAMIENTO. SOLO PUEDE SOBREVIVIR ENTRE HIELOS.

Cambio climático, Oso polar Una osa polar recorrió 687 kilómetros nadando durante nueve días en las frías aguas del Mar Beaufor, al norte de Alaska. Según informa el diario El Mundo , el dato se pudo conocer con precisión porque hace dos meses le habían colocado un collar con GPS para estudiar cómo son los recorridos que realiza esta especie.
El sacrificado viaje de la osa puede explicarse por el creciente deshielo de las regiones polares, un fenómeno que se está acentuando por causa del calentamiento global. Los deshielos en las regiones polares son cada vez más intensos y esa situación obliga a los osos polares a recorrer grandes distancias en busca de alimento.
Se sumergen y nadan para capturar focas, uno de sus platos preferidos.
Ese hábito se pudo confirmar observando la rutina de esta osa polar, perteneciente a la especie Ursus maritimus . Según los autores de la investigación, se trata de la primera evidencia sobre las grandes distancias que recorre esta especie carnívora. Anteriormente se habían avistado osos polares nadando, pero hasta ahora no se había podido monitorear un viaje entero.
Gracias al collar con GPS que hace dos meses le colocaron a la osa, se pudo saber exactamente si la osa estaba en la tierra o en el agua. Con un termómetro implantado en su piel, además, se verificó a diario su temperatura.

Por el largo viaje, la osa perdió peso. En dos meses ya no tenía el 22 por ciento de su grasa corporal.

El calentamiento global es la gran amenaza de estos animales. Dependen del hielo y aunque son buenos nadadores, no están adaptados para viajar tanto y cazar a sus presas en el agua. Para alimentarse, suelen hacer agujeros en el hielo y allí mismo capturan a sus presas.

domingo, 2 de enero de 2011

La letra con sangre entra.


El actual gobierno chiíta de Irak está ocupado día y noche borrando los rastros del difunto Saddam Hussein, devenido dictador tras la invasión norteamericana. Algunos rastros fueron fáciles, como la estatua de Saddam que los marines derribaron, para la televisión, en abril del 2003. También fueron erradicados los bustos de cobre de los líderes del partido Ba’ath que se podían encontrar por todo el país.
Pero hay algo que no se puede resolver fácilmente; a fines de los ’90 y durante dos años, Saddam tuvo sesiones regulares con una enfermera y un calígrafo islámico: la primera le extraía la sangre —fueron veintisiete litros en total— y el segundo la usaba como tinta para escribir un macabro Corán.
Esta obra siniestra permanece encerrada bajo tres llaves, las cuales reposan en manos de tres personas distintas. Hace falta la decisión de un comité para abrir la puerta de la bóveda. Los sunnitas esconden esta reliquia ya que ninguna decisión sería correcta: el gobierno chiíta quiere destruirla —como todo lo relacionado con Saddam— pero al mismo tiempo es un Corán, el libro sagrado, por más que esté escrito con sangre de dictador.
Ali Al Moussawi, portavoz del primer ministro iraquí, explica que “deberíamos conservarlo como un documento de la brutalidad de Saddam”. Agrega que “dice mucho acerca de él, pero (el Corán de sangre) no corresponde a un museo ya que ningún iraquí quiere verlo”.