sábado, 27 de febrero de 2010

Extracto del texto "Nueve años antes de Cristo" de Juan Forn sobre el dúo De Niro-Scorsese.


"Por supuesto, Toro Salvaje es en el imaginario mundial la película en que DeNiro engorda un millón de kilos para hacer el LaMotta crepuscular, después de haber hecho todas las escenas del LaMotta boxeador con un cuerpo que era más fibroso y eléctrico que un cable de alta tensión corcoveando. La leyenda dice que entrenó un año entero bajo la supervisión de LaMotta, que hizo más de mil rounds de guantes con sparrings que le bajaron varios dientes y a los que él les rompió una que otra costilla, filmó todas las escenas de LaMotta joven y se fue cuarenta días de caravana por restaurantes de pueblo del norte de Italia, comiendo siete y a veces ocho veces al día hasta agregarle treinta kilos a su fibrosa osamenta de 65 kg para filmar el resto de sus escenas."

martes, 2 de febrero de 2010

¡Es un sentimiento,no puedo nadar...!


"La mejor razón para no matar ballenas es aceptar que tienen sentimientos."

Peter Singer. PROFESOR DE BIOETICA, UNIVERSIDAD DE PRINCETON. Hace treinta años, los buques australianos, con el consentimiento del gobierno, mataban cachalotes en la costa occidental australiana. El mes pasado, Australia encabezó las protestas internacionales contra el plan de Japón de matar 50 ballenas con joroba. Japón, bajo una presión creciente, anunció que suspendería el plan por uno o dos años. El cambio en la opinión pública sobre la caza de ballenas ha sido absoluto, y no sólo en Australia.Greenpeace inició las protestas contra Australia por la caza de ballenas, y el gobierno nombró a Sydney Frost, un juez jubilado, para que dirigiera una investigación sobre dicha práctica. Como australiano preocupado y profesor de filosofía que trabaja sobre la ética del trato que damos a los animales, presenté una ponencia.Sostuve que las ballenas son mamíferos sociales con cerebros grandes, con capacidad de disfrutar de la vida y sentir dolor -no sólo dolor físico sino también, muy probablemente, angustia por la pérdida de un miembro de su grupo.No es posible matar a las ballenas de forma compasiva -son demasiado grandes e incluso con un arpón explosivo es difícil alcanzar a la ballena en el sitio adecuado. Además, los cazadores no desean utilizar muchos explosivos porque así se despedazaría el cuerpo del animal y el objetivo principal es recuperar el aceite valioso o la carne. Por ello, las ballenas con heridas de arpón mueren poco a poco y con mucho dolor.No hay ninguna necesidad humana esencial que nos obligue a matar ballenas. Todo lo que extraemos de ellas podemos obtenerlo sin crueldad de otras formas. Por ello la caza de ballenas no es ética.Frost coincidió conmigo. Dijo que los métodos utilizados para matar a las ballenas eran inhumanos -los describió como "extremadamente horribles". También mencionó "la posibilidad real de que estemos tratando con una criatura que tiene un cerebro extraordinariamente desarrollado y un alto grado de inteligencia". El gobierno conservador del primer ministro Malcolm Fraser aceptó su recomendación de suspender la caza de ballenas, y poco después Australia se convirtió en un país en contra de esa actividad. Si bien Japón ha suspendido su proyecto de matar ballenas con joroba, su flota aún cazará otro millar de otras clases de ballenas. Justifica la caza afirmando que es con fines de "investigación" ya que las normas de la Comisión Ballenera Internacional permiten a los países miembros matar ballenas con ese propósito. Pero parece que la investigación intenta buscar bases científicas para reanudar la caza comercial; por ello, si la caza de ballenas no es ética, entonces la investigación en sí misma no es ni ética ni necesaria. Japón pide que la discusión sobre la caza de ballenas se desarrolle con base en evidencias científicas. Piensa que la cantidad de ballenas con joroba ha crecido lo suficiente para poder cazar 50 ejemplares sin que ello suponga un riesgo a la especie. Es posible que tengan razón en este punto. Pero los datos científicos, por numerosos que sean, no pueden guiar nuestra decisión de matar ballenas o no. En efecto, el deseo de Japón de seguir cazando ballenas es igual de subjetivo que el de los ambientalistas que se oponen a ello. Comer ballenas no es necesario para la salud o una mejor nutrición de los japoneses. Es una tradición que desean mantener porque presumiblemente tienen un apego emocional a esa práctica.Los japoneses cuentan con un argumento que no se puede desestimar fácilmente. Sostienen que los países occidentales se oponen a la caza de ballenas porque las consideran un animal especial, como los hindúes a las vacas. Los países occidentales, señalan los japoneses, no deberían tratar de imponerles sus creencias culturales.La mejor respuesta a este argumento es que considerar incorrecto causar sufrimiento innecesario a seres que sienten no es exclusivo de una cultura. Por ejemplo, es uno de los primeros preceptos de una de las tradiciones éticas más importantes de Japón: el budismo