miércoles, 1 de julio de 2009


Murió la bailarina Pina Bausch, fundadora del teatro-danza

La famosa coreógrafa, que despertaba polémicas con sus obras, revolucionó la danza moderna. Hace apenas cinco días le habían detectado un cáncer. Bailó para Almodóvar.

WUPPERTAL (Alemania).- La famosa coreógrafa alemana Pina Bausch murió ayer a los 68 años a causa de un cáncer, informó una portavoz del Teatro de Wuppertal en el que Bausch renovó la danza moderna con sus creaciones. Hace tan sólo cinco días se le había diagnosticado la enfermedad, indicó la portavoz. El domingo de la semana pasada había actuado con su "ensemble" en la ópera de Wuppertal. La noticia tomó por sorpresa a sus más estrechos colaboradores así como al mundo internacional de la danza. Como directora del Teatro de Danza de Wuppertal, cargo que ocupaba desde 1973, imprimió su sello a la institución y la hizo famosa en todo el mundo. "Aún tengo muchos proyectos", dijo la artista de pocas palabras hace poco. "La sorprendió una muerte rápida e inesperada", afirmó una portavoz del Teatro de Danza de Wuppertal. Su última producción "la agotó; nadie contaba con su cáncer, ni ella misma", agregó la portavoz. Bausch es considerada como la creadora del teatro-danza. La artista nació como Josephine (Pina) Bausch el 27 de julio de 1940 en Solingen (Renania del Norte-Westfalia), donde su padre era dueño de una taberna. En 1955 comenzó su formación como bailarina en la escuela fundada por el coreógrafo y reformador de la danza Kurt Joos en Essen. Luego estudió en la Juilliard School de Nueva York y volvió a Alemania en 1962 para actuar en el ballet que acababa de crear Joos. Sólo seis años después ya llamaba la atención de los expertos con sus propias coreografías. Como directora en Wuppertal creó desde los años 70 unas 40 piezas completas. Algunas ya clásicas como "Café Mueller" (1978) o "Bandoneón" (1987) son exportadas regularmente al exterior. Bausch recibió premios internacionales como el japonés Kyoto en 2007, la Legión de Honor de Francia o el León de Oro de la Bienal de Venecia. En 1982 actuó en la película de Federico Fellini "Y la nave va", y bailó una coreografía suya en el filme "Hable con ella", de Pedro Almodóvar. Sus espectáculos radicales generaron polémica y entusiasmo por igual y pocas veces encajaban con el ideal de belleza imperante. A mediados de junio había deleitado al público con su última coreografía, como siempre una pieza sin nombre en un principio, que abrió preguntas sobre el conflicto generacional. Las primeras coreografías de Bausch eran deudoras de la danza moderna, pero desde mediados de los años 70 modificó su estilo e integró cada vez más canto, lenguaje, gestos de la vida cotidiana.